Escrito por Encarna




Supermán comenzó siendo un villano. Uno con poderes telepáticos y una obsesión: dominar el mundo. Nada que ver con la figura de héroe labrada en los últimos 75 años. Su primer padre ficticio fue un científico loco (que después se convertiría en Lex Luthor): un hombre racional que defiende sus valores por encima de lo demás para lograr lo que desea. Un inicio complicado para el que ha llegado a ser el superhéroe más universal de la historia. Esta versión maligna nació en 1933 de la mano de Jerry Siegel en un fanzine que él mismo editaba junto a Joe Shuster. Pronto quedó olvidada hasta que recuperaron la idea, dándole un giro de 180 grados al protagonista, cinco años después.


Supermán, tal y como lo conocemos hoy, vio la luz el 18 de abril de 1938 en el número 1 de la línea Action Comics de la ya mítica DC Comics. 75 años después, son miles las historias de cómic y decenas las series de televisión y películas basadas en el personaje. La última, El hombre de acero, con el sello de Christopher Nolan.



Supermán es el padre del género de superhéroes. Él a su vez ha tenido diversos padres, que han ayudado a crear uno de los mayores mitos de la historia de los últimos 100 años:


Joe Shuster y Jerry Siegel y el villano Ernest Smalley
La verdadera cuna de Supermán está en Cleveland y no en el planeta Krypton o en Kansas. Allí se conocieron el escritor Jerry Siegel y el dibujante Joe Shuster, que juntaron su amor por las aventuras y la ciencia ficción con la creación de varios fanzines. En uno de ellos publicaron una pequeña historia titulada El reino del Superhombre en el que el científico con poderes telepáticos Ernest Smalley convence a un vagabundo para ser objeto de un experimento a cambio de comida. Tras beber una poción, este vagabundo adquiere poderes telepáticos que le acaban convirtiendo en un hombre ávido de poder.



Durante los siguientes cinco años Siegel recuperó la idea de un superhombre invencible e intentó junto a Shuster que alguien les publicara la historia en formato cómic de ese superhombre, pero en una versión benigna. No lo consiguieron hasta que dieron con las claves del héroe que hoy conocemos: el planeta Krypton destruido, los superpoderes, la doble vida del héroe, la aparición de Lois Lane, la capa (que con sus movimientos hacía que en los dibujos la acción fuera más real)… Tras varias luchas con editores, que veían al héroe como “demasiado sensacional” y que hacía “cosas demasiado increíbles”, en palabras de Siegel, lo consiguieron. La publicación del primer número, que se vendió a 10 centavos la copia, fue un éxito. En 2010, un ejemplar original de este primer cómic fue vendido por un millón y medio de dólares: el cómic más caro de la historia.


Supermán ya era universal antes de convertirse en historia del cine, pero la película de 1978 con Christopher Reeve nos eternizó en la retina para siempre al héroe vestido de azul y rojo. Es también la película paterna de posteriores adaptaciones de cómic.

Fuente: El País, 18-ABR-2013 (Adaptación)


CUESTIONARIO

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